La muerte de un familiar siempre deja un vacío inmenso. Cuando el familiar es tu padre de facto, simplemente es terrible. Miro la foto de él todas las mañanas, y me siento como una falsificación... ¿cómo lo hacías? ¿cómo podías seguir sonriendo, y sacar adelante a todos?
Tal vez ahora pueda decir que sé exactamente qué es el infinito. Infinito fue el amor que nos dio a todos. El dolor que tengo no es nada comparado con lo que nos ha dejado. Desgraciadamente, tampoco soy mucho a su lado. Y no puedo sonreír como él lo hacía. Ni antes ni ahora. Queda el ejemplo, queda el amor... Quedan cosas y emociones, queda, de alguna forma, el espíritu. Sólo falta su empuje, su análisis, y su eterna sonrisa, esa sonrisa de alguien que había descubierto todo lo bello de la vida.
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