martes, 22 de febrero de 2011

Y LOS SUEÑOS, SUEÑOS SON...

HORA: 11:31
MÚSICA: Sigo con violinistas...
DOLOR: Ya recuperada de mis achaques por bestia.

Después del finde tan atípico para mi, y ante la perspectiva de ponerme a estudiar, he dejado que la mente vagara por donde le diera la gana. Durante unos instantes no he puesto coto a nada, y oye; es como el burro con las coles, a pensar en tíos.
Menos mal que ya he pasado la edad de idealizaciones, porque si no lo llevaría fatal. Bueno, el caso es que hay cosas que una ve en la cabeza, y de repente te quedas parada y piensas: "¿eso es mi tío ideal, o lo que yo realmente quiero llegar a ser?" Durante tres segundos la duda está flotando en el aire, hasta que te da un ataque de risa, y decides que eso de pajearse mentalmente tiene su punto cómico, pero que hay mucho que hacer, y no hay tiempo ni para hombres ni para nada que no sea meter horas.
Y sin embargo, como un eco infame, como una sombra de humo, queda el rastro de la idea que no se sabe a dónde conduce. Preparas todas las cosas para ponerte a estudiar, y cuando vas a coger el violín para darle a las cuerdas, vuelve el aroma del sueño rodeando todo lo que ves. Casi lo puedes tocar, es a la vez un aroma dulce y aterciopelado, de suave tono azulado...
¡Ostias, las doce! Ni aromas, ni terciopelos ni su puta madre... Habrá que apagar Lucy in the sky with diamonds, y pasar a tocar cómodamente yo...

domingo, 20 de febrero de 2011

LA SOLEDAD ES UNA ENTELEQUIA II O SOBREVIVIR A LA JUERGA.

Ahora sí puedo decir que la soledad es una entelequia, que ya me gustaría que dejaran de darme por saco en la mañana de domingo resacosa, y no hay forma. En fin, es lo que pasa cuando una se tira tanto tiempo reprimiéndose, que luego sale y no hay ni alcohol, ni tabaco, ni tíos, ni música suficiente en los bares. Y a la mañana siguiente lo que no hay en grandes cantidades el aspirinas y alka-seltzer. En fin, consecuencias de la juerga, daños colaterales, o situación x. Cualquiera de los nombres es coherente. ¿Cuales son las consecuencias de todo esto?

1. La aspirina siempre encima. Mucho más importante que los condones, sobre todo al día siguiente.
2. Las juergas han de ser un poco más escalonadas, y no esperar a que la luna llena me deje fané y descangallada del cerebro, porque luego la juerga es terrible.
3. A estas edades no mezclar bebidas. Y controlar las dosis de bebidas. Sobre todo si hace tiempo que no salgo, como es el caso. ¡Menudo melocotón anoche, y hoy resaca del 45 magnun!
4. Bailar es cojonudo, pero no soy bailarina, y a la mañana siguiente me levanto con agujetas. Lo que no sé es como aquel señor me seguía el ritmo a sus confesos 75 años. Tengo ampollas en los pies, dolor en la cintura, caderas y piernas. En general, tengo la sensación de que anoche tomé la poción mágica de Panorámix, pero claro, ya se me ha pasado el efecto.
5. La cuestión no es la hora de regreso, sino qué haces antes de la hora de regreso.

Eso si, fue quitarme de encima a mi amiga que sólo quería hablar (y manda huevos, que estuvo hasta las 23:30 dando por saco con sus temas, con todo el respeto) y ponerme a bailar con alguien que debía ser superman, menudo aguante el viejecito. Encima llega mi primo, y la cara que se me queda es curiosa (la de él era mejor todavía, claro)...

- Especie de bicho negativista... ¿Hubo algo positivo, o sabes sacar alguna consecuencia positiva, que llevas todo el rato quejándote?

- Si: No he perdido dotes bailando, las copas estaban buenísimas, necesitaba una salida nocturna y esta fue genial, y lo que perjudica seriamente la salud es ser un muermo en casa.


P.D.- Quiero un tío de mi edad que baile como el de anoche. :-)

sábado, 19 de febrero de 2011

LA SOLEDAD ES UNA ENTELEQUIA

Mmmm... Algo más centrada ya en mi casa, después de un examen odioso y chorra. Haciendo una recopilación musical de estándars, por si acaso tengo que pinchar en una boda (puede ser) o como ejercicio simplemente de selección de varias canciones. Ya se sabe, esta selección que se hace que con un poco de ojo vale para nochevieja, boda, despedidas de solteros, y prácticamente cualquier situación, sólo hay que ir pinchando las canciones. O darle al aleatorio y rezar para que no pinche todas las baladas seguidas. Estas cosas están bien, porque por ejemplo acabo de darme cuenta de que no tengo nada pasado a mp3 de Queen. ¡Qué error!
¿Y qué hay de novedad para que tenga que escribir, si últimamente ando más perdida y sin rumbo que de costumbre? Bueno, no siempre voy a ponerme trascendente, y me apetece una entrada gamberra en esta búsqueda de rumbo. Y es que no siempre voy a estar trascendente, que a mi la luna llena me deja muy atontada, y coincide que ayer había. Me quedé con las ganas de salir (¡Y qué ganas tenía, cielos!) pero hoy salgo aunque haya amenaza de bomba nuclear, invasión de zombis venidos del espacio exterior, y cataclismo de cualquier orden. Mucho no podré, ya que mañana tengo cosas que hacer, pero me es indiferente. Ya ayer andaba mal, me pasé toda la noche dando vueltas en la cama, y no por nervios del examen. Y hoy ya ando con ganas de irme de juerga, y eso que son sólo las 18:35. Cada día estaba más muermo y seta, pero se ve que mi parte de mujer-lobo acaba de despertar del letargo, y me dice lo que reza el título: la soledad es una entelequia. O dicho de otra manera, está solo el que quiere, puesto que no hay nada como el calor del amor en un bar. Bares, que lugares tan gratos para conversar, ¿eh?
¿Y esto como se llama en mi particular forma de buscar equilibrio? Bueno, digamos que es terapia, sales, desfasas, haces el burroliño nocturno, ligas (si es que se pone algo a tiro) y a una hora razonable, enfilas a casa. Soltar adrenalina o tensión. Y mañana a dedicarse a las opos, o a lo que toque. Que tocan muchas cosas.


- ¿No habías dicho que la juerga con moderación, que ya no estabas para perder tu tiempo miserablemente etc?

- Si. Y no considero una pérdida de tiempo salir un día de nocturnidad y alevosía. Mucho menos si lo pide el cuerpo. Rara vez me apetece salir últimamente. Suponía que era cuestión de edad, o simplemente de amuermamiento, o que estaba amargada porque no me aclaro. Pero hay momentos en los que queda claro todo, y como el gato que ha olisqueado la lata de sardinas abierta en la cocina, sabes lo que hay que hacer: esperar meneando el rabo a que todo el mundo salga de la cocina, una carrera rápida, con las orejas agachadas por cuestiones aerodinámicas y el rabo tieso indicando el camino de salida, un gran salto, morder la sardina, y salir de allí como alma que lleva el diablo antes de que entre alguien y te pille con las manos en la masa. Eso hace mi gato, y es absolutamente extrapolable a un pirata. Esperas a la nocturnidad tomando algo tranquilamente en un bar, con o sin compañía. En cuanto vez que la noche ha entrado, y que andan todos los individuos de tu catadura moral del momento fuera, abandonas el bar-nodriza para irte a la zona peligrosa, a buen paso. Una vez allí, en vez de coger sardinas bailas, bebes, fichas personal... Y finalmente, antes de que amanezca (o cuando proceda) y te desintegres ante la luz del sol, huyes por el camino anteriormente trazado. Vamos, hoy me lo merezco. Y no me para ni un muro de hormigón armado, ni nada.

viernes, 11 de febrero de 2011

ALUCINADA POR LA VIDA

Me hace gracia cuando la gente dice eso de "si Kafka levantase la cabeza..." Prefiero pensar que Kafka sigue descansando en paz, porque si levantara la cabeza simplemente pensaría que se ha levantado en una novela suya inacabada.
Debo haber hecho algo muy malo en otra vida, a juzgar por las cosas que me suceden de vez en cuando. Y supongo que debo dar gracias de que sólo sucedan de vez en cuando. Hoy mi sorpresa ha sido un fluir constante, y eso que me han quemado y arañado a lo largo del día, para que quedara constancia de que no era un sueño.
Mis sorpresas van de lo cotidiano a lo extraordinario. Lo cotidiano ha sucedido por la mañana: leyes absurdas que hay que conocer para una oposición; palabrería vacía de contenido, contenida en tinta. Sin más. Según me sumerjo más en las oposiciones, mejor llevo el proceso de asimilación de chorradas.
Noticias del periódico que te hacen pensar que alguien ha perdido la chaveta, y que no hay psiquiátricos suficientes para albergar a todos esos alguienes sueltos. Tal vez es que los cuerdos se han refugiado en esos centros, y nos venden la moto de que los sanos están fuera. O tal vez simplemente me creo un ser corriente, cuando soy una sombra de lo que debería ser. Ni idea. El caso es que leer las noticias con cierta frecuencia te anestesia bastante de las locuras mundanas, y últimamente he leído bastante como para poder ponerme una dosis de morfina intelectual y acallar eso que gritaba en la lejanía de mi cerebro. Yo lo llamaba sentido común, ahora creo que se llama paranoia.
Hasta aquí, tareas más o menos cotidianas para cualquier ser humano. En la consulta del médico, me he sorprendido al descubrir que soy un muermazo de tía, inadaptada social. El estupor ha durado hasta la primera quemadura en la cara. Es lo bueno que tienen los dermatólogos; si te queman, sientes el dolor. Ese bendito dolor me ha devuelto a la realidad del presente, haciéndome olvidar esas penas de vida social nula, y lo más grave, pocas ganas de iniciar nada por las diversas patadas recibidas a lo largo de 31 años. Me quedo con mi locura, que me consuela hasta cierto punto, que con el desasosiego inicial de rascar en la sociedad a ver si encuentro algo que sea mínimamente compatible con mi forma de ver las cosas. El desasosiego es sólo al comienzo, luego viene la frustración al no encontrar nada, la desesperación al ver pasar el tiempo, y finalmente la ira que te corroe por dentro. Gracias, ya estuve tres años en el paro y sin verdaderos amigos. Ya maté las penas con alcohol, y ya hice las burradas propias de la edad. Ahora la situación se repite, vuelvo a estar en el paro. Vuelvo a estar más o menos sola. Sólo que ya no me interesa fumarme la tabacalera y beberme el agua de los floreros; porque ya lo he hecho, no conduce a nada. Curioso, vuelvo a estar igual que con 25 años, pero con algo más de experiencia.
Tampoco tendría nada de extraordinario llegar a esta conclusión, al menos no es sorprendente. Hay mucha gente en el paro, quemados; gente con problemas de adaptación laboral y social. Nada nuevo bajo el sol.
Si las quemaduras del médico no hubieran sido suficientes para despertarme, el llevar al gato al veterianio y apoquinar la dolorosa sí me despierta. 75€ del ala, unos arañazos involuntarios del bicho, y mucho miedo. El pobre animal sabe que el veterinario no es un spa gatuno, sino más bien la antesala al infierno animal. El pobre bicho se me sube como si fuera un koala, se agarra a mi mediante el clavazo de uñas, y se deja poner pinchazos, termómetro... Los animales son muy expresivos, y el miedo lo expresan de maravilla. Me da pena, pero hay que hacerlo, es por su bien.
Después de eso, he corrido a mi clase de tai chi. Adoro el tai chi. Me relajo, me divierto, aprendo cosas, me estiro, suelto adrenalina... El problema es que después de una clase fantástica alguien me corte el momento de relajación. Y efectivamente, me lo han cortado. He oído lo que no esperaba oír nunca: que cambie un examen que tengo, necesario para opositar, para poder ir a un día de clase extraordinaria que dan.
En esos momentos, la cara es de imbécil total, y durante un fugaz microsegundo entiendes lo que se le pasa por la cabeza a un asesino en serie. ¿Cómo se va a arrepentir uno de causar daño a alguien a quien le importas exactamente una higa? Es decir, la persona sabe que tengo unas oposiciones. Que un día x tengo un examen, que o lo paso, o directamente me echan de la oposición. Ese día x coincide que hay un curso de tai chi durante toda la mañana. Como el examen tiene dos tandas, me sugiere que llame y pida que me cambien de la segunda a la primera para poder asistir a la segunda mitad del cursillo. Sé que dije que no diría tacos, pero esto sólo admite una expresión: con dos cojones bien colocados en el sitio.
En ese instante, la moral se evapora con la ira que corroe el cerebro. Por tu cabeza se cruzan diversas respuestas, a cada cual más salvaje, mientras balbuceas para ganar algo de tiempo, y poder elegir la más fina y más dañina. Menos mal que alguien toma la delantera, y le dice a la persona que no es interesante hacer el cambio porque no va a dar tiempo a llegar al curso. Obviamente no das ya la contestación que se había terminado de forjar en la cabeza, que venía a rezar algo como lo que sigue: "Mira guapa, tal vez tu disfrutes siendo una fracasada en tu profesión, teniendo tu trabajo pendiente de un hilo, e imaginándote dando clases de tai chi; pero a mi me gusta ganar pasta gansa, tener ganadas una oposiciones, y que se me reconozca como una profesional seria y responsable. Y eso se consigue trabajando duro y priorizando las cosas. Y obviamente, mi prioridad es presentarme a las oposiciones, echar toda la carne en el asador. Supongo que nadie podrá mirarme mal por eso, ni recriminarme que quiera trabajar de algo en esta vida. Y si alguien tiene algo que alegar, yo encantada voy a donde haya que ir, pero se me paga 2.800€ al mes a partir de ahora, que es lo que ganaría si saco las oposiciones." Al lorete con la edad de la persona que me hace la sugerencia: 45 tacos, y familiar de la menda.

Y es cuando llegas a casa, pinchas música para relajarte y analizas el día en frío cuando observas que tal vez no estés a la altura de grandes personas, pero que tampoco eres un gusano. Que la dignidad se consigue a base de ejercicio duro, y que la gente anda muy mal en ese aspecto en lineas generales, y en las particulares también. Y luego todos decimos lo mismo: "la LOGSE ha hecho estragos". La LOGSE ha hecho auténticos estragos, pero somos nosotros mismos que los hemos permitido, y fomentado. Y encima riéndonos de los "pringaos" que hablan de hacer las cosas bien, con ética y gusto. Alucinada por la vida ando. Pero mucho, muchísimo.


P.D.- Verificando un envío que me han hecho de EE.UU. he descubierto que el paquete tarda de EE.UU. a España un día. En España tardan 7 días en avisarme que ha llegado. Ya les he enviado la documentación que necesitan, y han tardado 4 días en decirme cuanto hay que apoquinar. Llevo 3 días esperando que pase controles aduaneros. Cuando lo decidan, veremos cuanto tardan en enviármelo de España a España. La próxima vez creo que ahorro tiempo, pasta y mala sangre si voy directamente a Barajas en persona a recogerlo. Insisto, la dignidad y el buen hacer llevan mucho currro, y es muy laborioso hacer las cosas bien, de forma elegante, con dignidad y con criterio. Cada día más difícil.