domingo, 19 de septiembre de 2010

RESULTADOS

Vale. Ayer ganó el lado de autocompasión. Aunque me quedé en casa tranquilita por la tarde, tocando el violín, luego ya con nocturnidad me fui a hacer el ganso por el mundo. Resultado: resaca espantosa y horripilante, impregnación de olor a tabaco hasta vomitar, y mareo de tanta tontería.
Vamos, que mis buenas intenciones se han ido al cuerno, y se han tropezado con mi depresión imbécil por motivos variopintos, pero sin consistencia.
Menuda mierda, y menuda cagada. ¿Se puede ser más idiota de lo que soy?

sábado, 18 de septiembre de 2010

PLANES DE RETORNO AL REDIL

Después de la semana asquerosa pasada, después de mil y una pajas mentales de la peor calaña, después de enterarme de lo que tengo que hacer, y después de desmadrarme, llega el momento de volver al redil, y retomar intentos de cambio.
Hay que aclarar ideas, hacer horarios, y ponerse otra vez serios. No estoy precisamente del mejor humor, y mi tendencia es a estar callada, puesto que realmente no tengo nada importante que decir. Las chorradas personales no le interesan a nadie, y ando en esa extraña fase en la que se mezcla el rigor con la autocompasión... ¿quien ganará? Veremos...
El resultado probablemente quede definido hoy a la tarde noche, momento en el cual ya habré hecho alguno de los planes que tengo en mente:
- Ir al bosque a meditar, o al club de tiro, a hacer lo mismo, pero con mucha más intensidad. (siempre he dicho que el tiro es la mejor meditación. un error de pensamientos puede suponer que te vueles un pié con suerte, y eso obliga a encarrilar muy bien las ideas).
- Ir al bar a tomar un escocés.

Veremos cual de las dos alternativas gana a la otra. Veremos qué faceta sale victoriosa...

lunes, 13 de septiembre de 2010

ALLÁ VAMOS

Esta semana ha sido lo más parecido a un desastre con final feliz que he visto. Unos niveles de estrés brutales, una faena de las gordas que sale bien, un buen concierto al que asistí, y otro en el que toqué, una echada de cartas por una amiga que no fue patética como suelen ser, un sábado por la noche de copas desenfrenadas (y gracias a que estaba con una pareja, que si no hubiera sido mucho más bestial) y un domingo resacoso y anodino.

Conclusión: Pese a la parada en todos mis proyectos (y en algún caso retroceso), esto me ha servido para reafirmarme en el diablo cósmico cabronazo, reafirmarme en que estas cosas de cambiar son lentas y dolorosas, y tener que volver a echarle huevos al asunto. Así que, vuelta a empezar, que tampoco es un comienzo en el sentido estricto, porque lo que he hecho no se deshace en una semana.
Con ganas de retomar todo, mucho mejor y más animada y a seguir adelante.

martes, 7 de septiembre de 2010

¿DE QUÉ SIRVE CAMBIAR SI TODO SIGUE IGUAL?

Desde luego, las dificultades se me están poniendo cuesta arriba. Cada vez que intento dar un paso adelante, mis circunstancias dan un retroceso brutal. Pero un retroceso que me hace sentirme como una mierda, y sentirme idiota porque todo lo que hago parece toparse con un muro de desprecio tan alto que me dan naúseas sólo de recordarlo. Y no suelo soportar muy bien el desprecio, aunque claro, llega un momento que lo asumes (si, lo asumes, han leído bien) y te encoges de hombros. Pues si, soy despreciable, vale. ¿Le importaría mucho al Sr. Magnifique o a Miss Perfection no joderme mucho más de lo que estoy ya jodida? Je, el primer taco, pero creo que va justificado.

¿Qué pasa? Preguntará algún lector... Desde el sábado me he enfrentado a lo que sigue:
1. En una reunión familiar, que alguien de la familia en vez de decirme "hola, ¿que tal todo?" como saludo, me diga "oye, te está saliendo barba, a ver cuando vas a hacerte la depilación láser". Encantador que alguien de la familia te reciba así en una fiesta. Te sube la moral un huevo.
2. Llamas a una banda para ir a tocar con ellos, porque quedaste en eso, y te dicen que te has tirado todo el verano sin dar señales de vida y que han buscado a otro. "Os dije que me iba a EE.UU. y me dijisteis que en vacaciones no ibais a hacer nada"... Vamos, una cosa así que justificaba que no diera señales de vida en julio y agosto. "Pues no ha sido así. Y me da igual que hayas perdido el móvil. Ya hay otro". Vale.
3. Llamada de tu antiguo curro, que necesitan que alguien vaya a trabajar, que quieren que seas tu, pero que hay mucha más gente en las listas, y que no pueden hacer nada para cogerme... Excepto llamar antes a media España, claro, a ver si todos dicen que no. Agradezco la llamada, es todo un detalle, pero me hace sentir miserable. O sea, que ni haciéndolo medianamente bien tengo posibilidades de retener un puesto de trabajo. Que buen rollo. Un año de curro que no me sirve para una puta mierda.
4. Llamada de tu antigua compañera de curro para regodearse en lo mismo, y que cuando sepa algo te llamará. ¿Y qué le digo, que ya me informa la directora en persona, que no se moleste?
5. Oposición que se tuerce. Me informan que se va a hacer a puerta cerrada, y que no hay baremación de méritos, y todo es para una puta bolsa de trabajo, a la que no me llamarán en la vida. Si voy es para montar el cisco padre, y claro, me pide la persona que me lo cuenta que no vaya. Pues no me presento. Mozart y su concierto nº 3 se quedan en casa. Mejor, sólo valgo para destrozar la música de Mozart...
6. Llamada de una amiga. El novio con el que se casaba el año que viene la ha vuelto a echar de casa (la primera vez fue hace un mes). Ayer día de llantos y escoceses en los bares. "Que buena amiga eres, además como no tienes que hacer nada..." Claro, me paso todo el día tocándome las narices, y lo que más me gusta es consolar al personal. Yo no tengo problemas, y menos ahora.
7. El sábado toco en una boda. Estoy teniendo problemas porque mi compañera no podía, y le he pedido un favor a mi tía: que venga conmigo. Ella no quiere hacer chapuzas, y que hable con el organista porque eso de tocar con el órgano grabado no le mola, y menos si hay organista. No cuenta que me haya contratado la chica hace una semana. Llamo al organista, y en vez de preguntarme qué piezas vamos a tocar me salta:
- ¿Qué titulación tienes?
- Grado medio.- De mala leche.
- ¿Y la otra?
- No tiene, es alumna mía de escuela de música. (Mentira, pero no le voy a decir la verdad, claro. En circunstancias normales esa sería la situación. Mi tía toca de cortar, y si quiere saber nuestro nivel, sólo tiene que quedar con nosotras un día).
- ¿Y ya sabeis tocar?
SIN COMENTARIOS. Finalmente toma nota de las piezas, no quiere partituras, y me dice que una hora antes de la ceremonia quedamos para mirarlas a ver qué podemos hacer. Pues como estén en otro tono, nada. Y eso sin contar que mi tía no quiere tocar un violín eléctrico, porque dice que no sabe. Le digo que es uno normal acústico, pero conectado a un altavoz. Que no.

En estos momentos no sé si echarme a llorar de pura impotencia en una esquina, liarme cuatro bragas y tres sujetadores en un bolso e irme a ver mundo porque a peor no puedo ir, o simplemente apuntarme a un torneo de boxeo, a ver si puedo soltar adrenalina de forma legal.

Así que de golpe, en tres días he recordado por qué no quería amigos, por qué no iba a fiestas de ninguna clase, por qué dejé el violín jurándome no volver a tocarlo hace 13 años, por qué no tengo espejo en mi cuarto, y por qué siempre me he limitado a hacer lo que se me mandaba sin abrir la boca y sin destacar.

Así que, creo que hoy voy a necesitar un poco de paz. Luego encima tendré que aguantar que alguien me llame y me diga que está deprimido. Yo no. Claro, yo nunca me deprimo, soy simplemente feliz.

sábado, 4 de septiembre de 2010

La anemia me ha dejado hecha polvo. Ya sabía que tengo, llevo desde los 15 años con anemias perpetuas, que se consiguen reducir con pastillitas. El caso es que llevaba unos días muy cansada, y fui a hacerme una analítica, pensando que con suerte iba a ser por el catarro. Pues no, pese a haberme puesto ciega a barbacoas de carne en EE.UU. es una anemia brutal.
Eso casi me da de rebote depresión, ¿como se puede tener anemia cuando te has puesto ciego a carnes de todos los tipos? ¿Qué puñetas me pasa, que no asimilo el hierro? Ahora sí que me siento cansada, con ganas de tomarme mil mierdas (y ya me he saltado demasiado la dieta) mientras me tumbo en el sofá, a meditar sobre qué me pasa.

Hoy toca fiesta familiar. Espero pasármelo bien, y poder volver pronto a vegetar frente al televisor, viendo algún dramón de mierda. Sé que no es precisamente lo más sano, pero tal y como ando, me va a sentar bien...