domingo, 30 de enero de 2011

VALOR

Anoche tuve una sobreexposición de gente sólida y con criterio. Y todo ello a palo seco, sin alcohol, y encima con la espalda hecha un cuadro.
Últimamente llevo una racha perdidísima. Las oposiciones me frustran, no entiendo nada. Tengo la sensación de dar palos de ciego y malgastar inútilmente mi tiempo. Es como el hamster en el rodillo, pedaleo como una posesa pero no veo nada; sólo un rodillo que gira.
A eso hay que añadirle que mi círculo de amistades cada vez es más pequeño, por no decir que ya no existe. Esta semana di mi sincera opinión sin pelos en la lengua a una amiga. Parece que no le sentó bien, y lleva sin dar señales de vida desde el viernes, última vez que hablé con ella, porque yo la llamé. Mala suerte, pero no voy a mentir. No quiero.
El caso es que ayer sábado unas charlas con gente de solidez intelectual y moral me hicieron quedarme un poco alucinada. ¿Y a donde voy yo, animala cegata, sin tener criterios claros, sin esa seguridad personal, sin nada? Era sentirse como un enano entre gigantes. Obviamente hay que aclarar que esta gente será unos 15 años más mayor que yo; pero es que no deja de sorprenderme (y gustarme) que haya gente con ideas tan claras, capacidad de decir lo que piensan, y seguir adelante. Estoy más acostumbrada a ver brumas de divagaciones, insana estupidez que se proclama a los cuatro vientos pensando que eso es vigor, valor y fuerza...
Así que hoy, en cuanto he podido he salido a dar un paseo, tomar un bitter, y tratar de reflexionar. Curiosidades de la vida, me he terminado encontrando con el último personaje sólido de la semana. Además, seductora (era una mujer) como las haya, narradora excelente y divertida. Creo que me ha incluido en la conversación por simpatía hacia alguien con cara de gilipuertas (ya va asumido que esa es mi cara), esta vez con el toque de "estoy perdida".
Yo no sé si esta gente nació así, se han hecho a sí mismos, o es coincidencia. Pero sí se que yo quiero ese valor de decir y hacer lo que uno considera necesario. Y la fuerza de voluntad que ello conlleva. Estas cosas siempre me recuerdan a aquella canción, el hombre en el espejo. O Face in the mirrow, que es el título original en mi cabeza. No citaré la letra entera, pero esa frase que dice que en el corazón quema un sentimiento, piensas que eres libre y sabes la verdad... Eso es simplemente genial. Olvidemos la parte romántica de la canción. Cada sueño tiene una parte oscura. Supongo que lo que yo quiero pasa ahora por oscuridad. Por mis propias oscuridades.
Ya sé lo que llevo escribiendo aquí, no soy idiota. Pero de alguna manera parece un precalentamieto. Es decir, doy palos de ciego, busco ese nuevo rumbo... Y tal vez haya algo averiado en mi propia maquinaria. No sé, pero ahora tengo tema para consultar con la almohada. Veremos a ver qué dice la luz de la mañana.

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