jueves, 2 de diciembre de 2010

INERCIA

Acabo de descubrir la fuerza de la inercia. No hablo de la ley de física (propiedad de los cuerpos a resistirse al cambio de movimiento por el cual un cuerpo se mantiene en reposo o movimiento en linea recta si no hay otras fuerzas actuando sobre él) sino de la ley de la inercia personal.
La inercia personal es la que te hace trabajar aunque no tengas ganas porque es lo que hay que hacer. Es la que te hace comer aunque no tengas ganas porque si no sabes que no vas a durar ni medio asalto. Es la misma ley que te obliga a seguir adelante porque si no se va todo al carajo.

En estos momentos tengo todo preparado para una entrevista de trabajo mañana (la primera desde que me fui al paro allá por agosto), el coche a punto para enfilar al sitio, que no me queda cerca precisamente. Tengo el taxi reservado porque a la tarde me voy de viaje, la maleta esbozada en mi cabeza, y sólo me queda meter las cuatro cosas que me hacen falta, las respuestas a las posibles preguntas... Todo va articulado, después de una tarde en la que mi sensación predominante ha sido la de pérdida miserable de tiempo, caída por pozo oscuro de miserias personales... El caso es que si alguien me preguntase cómo he hecho todo, no sabría explicarlo. Entre mis miserias personales se han incluido aguantar el latazo a dos personas que me han dejado peor de lo que estaba. Una con sus apuntes a trabajos idiotas e inviables (músico en un barco, que será cojonudo, pero piden dos, no uno. Además, para eso hay que tener el culo más pelado de lo que yo lo tengo) y ánimos basados en su experiencia personal. Claro, su experiencia personal implica que hizo una sustitución y la chica no se reincorporará nunca. Ya se ha quedado ella ahí hasta que convoquen oposición. O hasta que líe una tan gorda que le abran un expediente. La última que hizo fue marcharse del trabajo porque una amiga había desaparecido y estaba preocupada. Sólo dijeron que pobre mujer, que era muy sentida. Claro.
La otra persona me ha analizado el curro al detalle, comentándome que si no me compensaba económicamente por distancia, que había que mirar cuanto duraba, lo que pagaban... Claro, según eso, o me pagan desplazamientos (es decir, gasolina, mantenimiento y seguro del coche), un sueldo cojonudo y me garantizan que voy a estar ahí cinco años mínimo, o suela.
Eso viene a redundar en lo que yo llevo repitiéndome desde hace tiempo: necesidad de nuevos círculos de amistades. La trampa: ¿donde encuentro gente que se me parezca? Si hasta me he visto haciendo memoria hoy de un ex (uno de los que más daño me hizo al dejarme) y he llegado a la conclusión de que cuando salgo no busco ni siquiera hacer amigos. El miedo es tal a que otra vez me la vuelvan a jugar, que mejor me quedo en casa, satisfecha con mi propia compañía, que no es nada del otro jueves, pero al menos no me va a lesionar más de lo que pueda admitir.
Inercia de nuevo... Las viejas amistades ahí siguen, dando por saco porque no las he mandado a tomar por el mismo en su momento. Y es que tampoco me apetece dar una mala contestación para ver si hacen acuse de recibo.
Inercia... Cosas que se hacen solas, sin que apenas me entere de lo que hago, amistades que reaparecen en el panorama, para cubrirlo de nubes bajas y grises, con repiqueteo de tambores fúnebres a cada paso, aliñados de sonidos/sombras goyescas de la época más tétrica.
Lo único que me salvaría es un grito; un BASTA YA, claro, autoritario, sin histerismos. Mañana más me vale no dejarme llevar por la inercia y tomar las riendas o seguiré en el paro. Y a la vuelta de mi viaje, empezar a ejercer ese stop a las personas. Hasta aquí, y ni un milímetro más. Porque tal vez uno pueda apañarse solo, pero desde luego, uno no puede apañarse si cada vez que levanta la cabeza le boicotean y bombardean en la linea de flotación. Eso es hundido, muerte en aguas frías, y acabar deprimido mirando con cinismo todo lo que te rodea. No, gracias, ya he tenido bastante. Habrá que eercer una nueva fuerza, para cambiar el rumbo que cito en este blog...

5 comentarios:

  1. Existen personas que te roban la energía. No se trata de ninguna fantasía ni cuento, está demostrado cientifícamente.
    Hay que huír de ellas como de la peste. Conque fíjate con quien te sientes peor cuando estáis en contacto y corta amarras sin dudarlo. Es tu vida y nadie te regalará otra.

    Me ha hecho gracia la proposición de que toques el violín en un barco, je je je... No te imagino, serías capaz de hundirlo en cuanto se te hinchasen las narices, ¡ja ja ja!

    ¡Buen viaje, disfruta!

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  2. He conseguido llegar a casa de milagro hoy. Cuando publique algo sobre lo de la huelga que me ha pillado de lleno, ya comentaré. Me he tomado varias copas (mi madre ha necesitado un valium en vena) para calmarme. Mañana será otro día. Ahora voy a tomarme la última copa in adulterar (o sea un gin sin tonic) y espero que mañana esté medianamente bien como para estudiar, escribir y ser persona. Gracias por el comentario Leona.

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  3. ¡Oh!, o sea, que no has conseguido viajar y te has vuelto a casa.

    No sabes cuanto lo lamento. Después de meses planeándolo...
    Bufff... por lo que dices ha de ser muy gordo lo que habéis pasado, ni me lo imagino.

    Un abrazo.

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  4. Rackham the Red dijo...
    Lo he ojeado lo que has escrito Leona, pero me ha pillado la situación. Mañana me despertaré en condiciones para comentar algo, pero decir que ha sido una salvajada brutal

    JODETE, MARRANA, POR ESCRIBIR EN EL BLOG DE LA
    RAMERA CATALANA

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  5. Qué barbaridad, te da envidia que yo sepa escribir y tu no... Psché, en fin, sigue intentándolo...

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