miércoles, 25 de agosto de 2010

Aquí sigo, haciendo cosas, y ahora dándole a la introspección. Creo que he abierto demasiados frentes como para sentirme a gusto y poder llevarlos a buen término todos a la vez. Al menos en los tiempos que tengo pensados.
Cuando tenemos muchos frentes de batalla abiertos la tendencia es a taponar el que más guerra da, y pasar al siguiente. Con eso no consigo eliminar un problema, sino tener en estado candente todos. Y además de forma consciente. Hoy en mi prisa por ordenar todo mi armario ropero, y pensando que todavía tengo que ordenar cosméticos y chorradas, además del despachito donde trabajo y estudio, lo único que he hecho en lineas generales es organizar pequeñas parcelas de caos en cajones. Sé que mi ropa está en lineas generales toda ubicada en los cajones, bien doblada, y con algunos vagos criterios lógicos, pero no me veo capaz de recordarlos, porque he tenido que hacer muchas excepciones. Cuestiones de espacio, y prisa por acabar para acometer la siguiente tarea de la lista. Si lo dejo como está, probablemente en menos de 3 meses vuelva a tener el frente abierto.
Este problema insisto en recordarme que viene por una mala distribución del tiempo, en el que he de incidir de una vez por todas. Por ejemplo, mañana no podré volver a dedicarme a la organización: por la mañana tengo papeleo que deberé aprovechar para hacer diversas tareas pendientes, y por la tarde reunión de amigos que si bien no es inesquivable, tampoco estaría bien no asistir. Así que hoy quería adelantar tiempo. Debido a eso, otra vez sin tocar el violín, y con el frente de organización simplemente apuntalado para que aguante un par de embestidas. Pero a la tercera se me cae.
Es gracioso, pero es raro que una persona sólo tenga que modificar un pequeño hábito de su vida. Ponerse a dieta no suele significar comer menos en la mayoría de los casos, como dejar de fumar tampoco suele significar dejar de comprar cigarrillos. Generalmente ponerse a dieta significa aprender a comer, a cocinar y a controlar las salidas. Y dejar de fumar significa no sólo no arrimarse el cigarro encendido a la boca, sino también aprender a estar uno mismo sin nada en las manos ni en la boca, y dejar de hacer asociaciones placer X + tabaco> placer X// ansiedad + tabaco< ansiedad.
Se dice que no hay dos sin tres, generalmente pensando en la mala suerte. No creo en la mala suerte, de la misma forma que no creo en un Dios que nos mira con lupa y nos dice qué hacer. Creo en el buen hacer y en la racionalidad. Cuando las personas hacen lo que deben hacer, siempre pensando en la forma correcta de ejecutarlo, no hay mala suerte. Podrá haber desgracias, a todos se nos mueren familiares queridos. Pero eso no es mala suerte, es ley de vida. Lo único que hay que hacer es seguir adelante, asumir como vienen las cosas y obrar en consecuencia como mejor se sepa y se pueda.
TAREA PARA MAÑANA SI ME QUEDA TIEMPO Y SI NO PASADO A PRIMERA HORA: Arreglar ese frente apuntalado. No dejarlo pasar y esperar a que en cuanto abra un cajón el caos salte de forma reptante para infectar todas las habitaciones.

2 comentarios:

  1. Yo ya he dado por perdida la batalla de la organización de ropa y demás cosas. Falta espacio. No creo que sea tiempo, sino espacio.
    Con espacio suficiente, tal cosa aquí y la otra allá, pero como no hay, a menudo tienes que encabir algo X en un espacio destinado a A o B, o C, con lo que luego no sabes dónde diablos para porque encima, al abrir un cajón, salta todo por los aires.

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  2. En eso te doy la razón Leona. Pero he de decir que aunque por internet de una imagen X, en persona soy un desastre con patas. Mis problemas (y no sólo con la ropa) se han hecho ya tan grandes, que tengo que buscarme una forma de solucionarlos. Para la ropa falta espacio, para hobbies tiempo, para...
    Al final te pones a limpiar, y descubres que has guardado quinientas camisetas viejas para cuando haces limpieza, pintas etc. ¿Y realmente necesito tantas camisetas? No. Así que todas para trapos menos media docena, las más aprovechables. Digamos que es como pasar el desfragmentador al disco duro. Elimino cachos de archivos perdidos, programas que ya no uso... Y sólo hago concesiones con aquellas cosas que realmente me hacen gracia. En mi caso, bolsos y zapatos.
    Pero la verdad es una tarea titánica. De todas formas te diré que yendo a unas tiendas de chinos en busca de cajas, he visto algunas cosas que pueden ayudar a tener un mínimo de coherencia en la ropa. Vendía por ejemplo una bobadita en tela con mini-compartimentos para poner en el cajón. Ahí he ubicado calcetines, y los sobrantes van desperdigados. Cuando desgasto uno, lo tiro y busco en el cajón desastre el par nuevo que no he estrenado. He cogido también para medias, ropa interior...
    El tema era organizarme, soy muy desastre. Ya sé que en internet tengo un blog para radio, uno para ligues, uno para cosas serias (descuidadísimo, por cierto), uno para chorradas, uno para frases, uno para las clases de violín (cerrado al público, claro)... Es más fácil organizar conceptos que objetos. Al menos para mi...

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