domingo, 19 de septiembre de 2010

RESULTADOS

Vale. Ayer ganó el lado de autocompasión. Aunque me quedé en casa tranquilita por la tarde, tocando el violín, luego ya con nocturnidad me fui a hacer el ganso por el mundo. Resultado: resaca espantosa y horripilante, impregnación de olor a tabaco hasta vomitar, y mareo de tanta tontería.
Vamos, que mis buenas intenciones se han ido al cuerno, y se han tropezado con mi depresión imbécil por motivos variopintos, pero sin consistencia.
Menuda mierda, y menuda cagada. ¿Se puede ser más idiota de lo que soy?

2 comentarios:

  1. Toc... toc... Estooo... ¿Se puede...?

    Dicen que el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones, así que tíralas por la borda y sé feliz. ¡Al cuerno!
    Sé tú sin más zarandajas y olvídate de los demás. Cuando te quieras a ti misma verás como te ven de otra manera ;D

    ¡Noooooooooooo! ¡Con la enciclopédia no! ¡Ya me voy, ya!

    ResponderEliminar
  2. :-) Ya estoy algo más animada para contestar... Chica, he andado más perdida que una brújula en el triángulo de las Bermudas.... Pero ya ha pasado. La verdad es que eso fue lo que hice, ser yo misma. Puede sonar a alcohólica, pero siempre que tengo problemas gordos me voy de juerga: me anima momentáneamente, y lo más interesante, al día siguiente me pasa un curioso fenómeno... Entre el dolor de cabeza, bolsillo, la cara de gilipollas ojerosa y la colada/limpieza que tengo que hacer porque todo apesta a tabaco como que empiezo a funcionar. Me cuesta, claro, no estoy en mi mejor momento, pero parece que la resaca post-juerga me ayuda a centrarme en lo que tengo que hacer urgentemente.
    Y si, un poco más de cariño ya debería darme...

    ResponderEliminar