martes, 7 de septiembre de 2010

¿DE QUÉ SIRVE CAMBIAR SI TODO SIGUE IGUAL?

Desde luego, las dificultades se me están poniendo cuesta arriba. Cada vez que intento dar un paso adelante, mis circunstancias dan un retroceso brutal. Pero un retroceso que me hace sentirme como una mierda, y sentirme idiota porque todo lo que hago parece toparse con un muro de desprecio tan alto que me dan naúseas sólo de recordarlo. Y no suelo soportar muy bien el desprecio, aunque claro, llega un momento que lo asumes (si, lo asumes, han leído bien) y te encoges de hombros. Pues si, soy despreciable, vale. ¿Le importaría mucho al Sr. Magnifique o a Miss Perfection no joderme mucho más de lo que estoy ya jodida? Je, el primer taco, pero creo que va justificado.

¿Qué pasa? Preguntará algún lector... Desde el sábado me he enfrentado a lo que sigue:
1. En una reunión familiar, que alguien de la familia en vez de decirme "hola, ¿que tal todo?" como saludo, me diga "oye, te está saliendo barba, a ver cuando vas a hacerte la depilación láser". Encantador que alguien de la familia te reciba así en una fiesta. Te sube la moral un huevo.
2. Llamas a una banda para ir a tocar con ellos, porque quedaste en eso, y te dicen que te has tirado todo el verano sin dar señales de vida y que han buscado a otro. "Os dije que me iba a EE.UU. y me dijisteis que en vacaciones no ibais a hacer nada"... Vamos, una cosa así que justificaba que no diera señales de vida en julio y agosto. "Pues no ha sido así. Y me da igual que hayas perdido el móvil. Ya hay otro". Vale.
3. Llamada de tu antiguo curro, que necesitan que alguien vaya a trabajar, que quieren que seas tu, pero que hay mucha más gente en las listas, y que no pueden hacer nada para cogerme... Excepto llamar antes a media España, claro, a ver si todos dicen que no. Agradezco la llamada, es todo un detalle, pero me hace sentir miserable. O sea, que ni haciéndolo medianamente bien tengo posibilidades de retener un puesto de trabajo. Que buen rollo. Un año de curro que no me sirve para una puta mierda.
4. Llamada de tu antigua compañera de curro para regodearse en lo mismo, y que cuando sepa algo te llamará. ¿Y qué le digo, que ya me informa la directora en persona, que no se moleste?
5. Oposición que se tuerce. Me informan que se va a hacer a puerta cerrada, y que no hay baremación de méritos, y todo es para una puta bolsa de trabajo, a la que no me llamarán en la vida. Si voy es para montar el cisco padre, y claro, me pide la persona que me lo cuenta que no vaya. Pues no me presento. Mozart y su concierto nº 3 se quedan en casa. Mejor, sólo valgo para destrozar la música de Mozart...
6. Llamada de una amiga. El novio con el que se casaba el año que viene la ha vuelto a echar de casa (la primera vez fue hace un mes). Ayer día de llantos y escoceses en los bares. "Que buena amiga eres, además como no tienes que hacer nada..." Claro, me paso todo el día tocándome las narices, y lo que más me gusta es consolar al personal. Yo no tengo problemas, y menos ahora.
7. El sábado toco en una boda. Estoy teniendo problemas porque mi compañera no podía, y le he pedido un favor a mi tía: que venga conmigo. Ella no quiere hacer chapuzas, y que hable con el organista porque eso de tocar con el órgano grabado no le mola, y menos si hay organista. No cuenta que me haya contratado la chica hace una semana. Llamo al organista, y en vez de preguntarme qué piezas vamos a tocar me salta:
- ¿Qué titulación tienes?
- Grado medio.- De mala leche.
- ¿Y la otra?
- No tiene, es alumna mía de escuela de música. (Mentira, pero no le voy a decir la verdad, claro. En circunstancias normales esa sería la situación. Mi tía toca de cortar, y si quiere saber nuestro nivel, sólo tiene que quedar con nosotras un día).
- ¿Y ya sabeis tocar?
SIN COMENTARIOS. Finalmente toma nota de las piezas, no quiere partituras, y me dice que una hora antes de la ceremonia quedamos para mirarlas a ver qué podemos hacer. Pues como estén en otro tono, nada. Y eso sin contar que mi tía no quiere tocar un violín eléctrico, porque dice que no sabe. Le digo que es uno normal acústico, pero conectado a un altavoz. Que no.

En estos momentos no sé si echarme a llorar de pura impotencia en una esquina, liarme cuatro bragas y tres sujetadores en un bolso e irme a ver mundo porque a peor no puedo ir, o simplemente apuntarme a un torneo de boxeo, a ver si puedo soltar adrenalina de forma legal.

Así que de golpe, en tres días he recordado por qué no quería amigos, por qué no iba a fiestas de ninguna clase, por qué dejé el violín jurándome no volver a tocarlo hace 13 años, por qué no tengo espejo en mi cuarto, y por qué siempre me he limitado a hacer lo que se me mandaba sin abrir la boca y sin destacar.

Así que, creo que hoy voy a necesitar un poco de paz. Luego encima tendré que aguantar que alguien me llame y me diga que está deprimido. Yo no. Claro, yo nunca me deprimo, soy simplemente feliz.

2 comentarios:

  1. Pufff... no te cuento lo que me ha pasado a mí hoy mismo por si hay ropa tendida, pero ha sido anonador. Pasar de la ilusión más inesperada a la negación del hecho es demoledor.

    El familiar ese que te dijo lo de la barba me ha recordado inmediatamente a la madrina de mi ex, que cada vez que íbamos al pueblo me saludaba con un "¡Estás más gorda!". Anda que no fastidiaba... Hasta que un año recordé lo que mi madrina me contaba de niña sobre su abuela, una maña de armas tomar. Mi bisabuela Nicolasa solía decir que vale más ponerse colorada una vez, que veinte veces verde, conque cuando la buena señora me recibió con su saludo habitual, le respondí sin inmutarme: "Usted también". ¡Ja ja ja!, su cara fue todo un poema y nunca más lo repitió.

    Venga, recopila las burradas habituales de las acémilas y piensa algo ingenioso y demoledor para responder a cada caso. Total, son más previsibles que el mecanismo de un chupete.
    En cuanto a las puñaladas traperas, duelen, qué duda cabe, pero recuerda que eres un pirata terrible y sanguinario ;D

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  2. ¡Uff! La verdad, ha sido una semana horrible, y para serte franca, ahora mismo ando tomando una infusión de hierbas en pijama, soñando con chorradas variadas, y con ganas de irme a la cama. Obviamente los 4 gin tonics de anoche tienen algo que ver con el estado lamentable que luzco hoy...
    Lo de hacer recopilatorio, lo tengo en mente, y generalmente administro malas contestaciones, a no ser que sea una persona que no se las merezca. Obviamente ha llegado la hora de empezar a pensar mejor en quien se merece las malas contestaciones...
    En fin, que eso es lo que hay. Las puñaladas traperas duelen, pero lo bueno de ser pirata es que cicatrizan a toda leche, y siempre te queda esa cicatriz para recordar quien, como, cuando y dónde, y evitar futuras puñaladas.

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