jueves, 6 de agosto de 2015

NO ME MALINTERPRETEN...

Hay dos cosas que suceden con cierta frecuencia que me resultan un lastre intelectual: que me confunden con Dios o que me confundan con un subhumano.

Ambas cosas son para mi insufribles. Me confunden con Dios cuando me insisten para saber mi opinión sobre algo. "¿A ti que te parece esto? ¿Tu qué harías?"... Sucesión de preguntas en modo metralleta, cuando en general ni me importa el tema, ni me interesa, ni sé nada, ni me veo capacitada para opinar. 
La peor es la de "tu qué hubieras hecho". No lo sé. Sólo conozco los hechos a través de lo que me has dicho, no creo que hubiera llegado a esa situación, y desde mi óptica, le habría dado una patada. Pero claro, supongo que eso será difícil porque has llegado a este punto, y no te has planteado antes dar la patada. Además es obvio que tu tienes más datos de los que me das, y probablemente tu forma de ver las cosas y sentirlas sean diferentes a las mías. Más que nada porque no sé jugar al fútbol, no corro una mierda en tiempos largos, y si me pasan un balón, miro siempre donde hay alguien más capacitado y se la envío de una patada.
Ojo, que nadie piense que me niego a dar un consejo a alguien que lo pide, o a enumerar casos similares y cómo se resolvieron. No tengo problemas ante una pregunta tipo: ¿cual cojo, el negro o el rojo? Yo escogería el negro, va a durar más, y aunque no es tan alegre, le vas a sacar más partido porque combina con todo. Por poner un ejemplo rápido. Mis problemas surgen ante esas cuestiones fundamentales en las que dar una respuesta implica una crítica mortal a la propia persona. Por ejemplo: llevo 6 años con el mismo chaval, nunca me ha dicho para ir a su casa, y siempre viene a la mía, y además sólo es para sexo después de que le prepare la cena. La relación no me satisface... ¿como le digo que me quiero casar?
Yo veo aquí una relación de un chulo con una tonta. Y veo 5 años y 6 meses perdidos. A partir de este punto, poco puedo decir. Mi consejo es simplemente que rompa esa relación. Obviamente no lo digo de forma cruel, pero vas insinuando, sabiendo que no van a entenderte, de la misma forma que tu no entiendes a tu interlocutor. Por algún extraño motivo, eso te convierte en una especie de Dios para terceras personas, que te atosigan con sus dudas, la mayoría de las cuales tienen respuesta simple: piensa que le está pasando eso a tu colega de curro, y te lo cuenta en la pausa del café. ¿Qué pensarías? Ahí está la solución.


Si esto es molesto, la parte de considerarte subhumano es todavía peor. En este caso, sucede al revés. Nadie te pide consejo pero tu lo das, o haces un comentario aparentemente inocente: "El alcohol de romero va bien para dolores musculares. Yo siempre tengo a mano un transilium porsiaca no puedo pegar ojo. Los tintes esos de barros 100% naturales llevan un derivado del amoniaco; te están mangando 300€ por una mierda".
Los tres casos me han supuesto más dolores de cabeza que el de la amiga y novio descrito arriba. Si dices lo del alcohol, siempre habrá alguien dispuesto a darte la turrada con los remedios naturales y populares. Y da igual que digas que lo tienes para emergencias, o simplemente porque el olor te gusta y ya sólo eso te reconforta. El rollo explicativo de por qué lo alternativo es guay te lo comes. O en el caso contrario, explicación de lo que es el efecto placebo. Y sólo has hecho un simple comentario mientras esperabas cola para comprar unas juanolas...
Lo del transilium puede llevar a que te consideren un drogadicto directamente, chiflado, o neohippy fumaporros. Mirada mortal. Entonces es cuando te justificas: Tengo porque alguna vez no he podido dormir bien, y si al día siguiente tienes algo como un concierto, no puedes ir atontado. Así que, para las emergencias, tengo una porquería de esas. Una vez me tomé media pastilla, y fue mano de santo.
Las explicaciones de remedios naturales -toma valeriana o tila- no tardarán en llegarte. Y ciertas miradas de reproche porque realmente eres una puñetera yonqui de mierda, enferma que seguramente necesitará tratamiento psiquiátrico y acabe en un sanatorio mental de los de antaño. Porque todavía quedan de esos, para la gente peligrosa como tu. Obviamente el pensamiento final que te queda es que menos mal que tienes las pastillas en casa para esta noche, porque con las pesadillas que te van a venir...
Y la última es un intento bienintencionado de informar a una persona que lo que le están dando es lo mismo de siempre, pero le han añadido una modificación para poder ponerle el etiquetado de natural y sablearte, y es lo que en cualquier sitio vale 8€ el tubo. Aquí acabas de alcanzar el grado más inferior del universo. Una cucaracha es básicamente Dios resplandeciente, misericordioso e infinito si se comparase contigo. Lo primero es cuestionarte, tu no sabes. Entonces generalmente comentas que puede informarse si lee un artículo científico. ¿Y por qué no hay denuncias? ¿Por qué dejan venderlo?  Mmmm... Ahora resulta que ella desayuna con el BOE de las denuncias de cosméticos y se las lee todas; además de ser experta en la legislación vigente sobre cosméticos, y al parecer considerarla segura y sin fisuras. Y tu, obviamente eres tonta porque has leído en una revista científica un artículo de un catedrático de química. Cuando tratas de explicar lo que decían, todavía es peor. ¿En qué se diferencia el amoniaco de las sales de amonio? A ver... como sal, lleva cloro, y está un poco mejor para aplicar sobre el cuero cabelludo, menos fuerte. Más o menos, que yo tampoco soy químico.

La cagaste, machote. No sabes realmente la diferencia entre una sal y el gas de amonio, no puedes explicarlo, y eso lo ha visto. Ya eres literalmente un idiota al que los poderes fácticos, la conspiración judeomasónica, los comunistas, los fachas y las grandes empresas han comido el tarro y convertido en su peón anormaloide, y pretendes impedir que los demás sean libres y disfruten de algo que les funciona. Porque por si no te has dado cuenta, este tinte no huele a amoníaco, garrula. ¿No será por los perfumes que le añaden? Mirada de censura supina. No sé yo, el lodazal de la desembocadura de una ría a la que iba yo de pequeña, una especie de mini-ciénaga, olía a troll de mordor, pero tendré que volver a pasarme, porque al parecer ahora el barro huele a chanel nº5... Una discusión que acabará enquistándose, y acaban pidiéndote la explicación de a ver por qué el ingrediente que aparece etiquetado como GHN5-345-678 es esa sal de amoniaco que dices, porque se lo voy a llevar a mi peluquero, a ver si él me lo explica. Y yo me apiado del pobre hombre, que simplemente vende lo que cree que es mejor para sus clientes, y sabe de química todavía menos que yo, y lo dejo correr. Total, ya soy una cucaracha infecta, mejor dejar al pobre hombre tranquilo... El rey Midas convertía lo que tocaba en oro, yo sólo puedo convertirlo en cucaracha.


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