miércoles, 18 de mayo de 2011

Walkirias... ¿qué es eso?

Bueno, el saber qué estoy escuchando en estos momentos es bastante simple, con la pregunta del título. La respuesta a la misma será que dependiendo del contexto una walkiria puede ser un personaje mitológico, un videojuego y hasta un avión, si mal no recuerdo.
¿Y por qué me ha dado por escuchar a Wagner, compositor que detesto? Bueno, es que me pasa como a Woody Allen; oyéndole me entran ganas de invadir Polonia, y arrasar todo a mi paso. Llevo unos cuantos días bastante mal de moral, y hoy por fin he conseguido salir de mi momento de debilidad. Como comprenderán, no dejaré que una mala pasada me vuelva a hundir, ahora que empiezo a levantar un poco el ánimo. Así que empezamos con Wagner, que si tiene alguna propiedad es que, aparte de no dejar a nadie indiferente, a todos los altera mucho. Para bien o mal, pero te altera.
Bien, recapitulemos los momentos miserables pasados hasta ahora, no porque sea masoca, pero sí porque se repetirán... Y más me vale conocerlos. Además, a alguno hasta puede venirle bien; seguro que más de uno si me leyera se reconocería en algún momento de su vida.

  • Primer fallo, creerse solo. La familia no me apoya y no se da cuenta de lo mal que estoy. Los amigos ya me han demostrado lo que hay, que es egoísmo. Nadie me quiere y bla, bla, bla... Bueno, la impresión puede ser falsa o correcta. Desde luego lo que puedo decir es que si llevas una racha mala, la familia no se dará cuenta de que empeoras por momentos si no lo dices. Porque ya actúas raro y no se sorprenden si sigues actuando así de raro. Lo digo para que se tenga en cuenta, que a veces lo pasamos por alto. Si la impresión es correcta (que es la peor opción), no es el mejor momento por ponerse a pensar miserias. Te puedes regodear un poco, según lo masoca que seas, pero luego hay que coger fuerza y mandar a paseo a todos aquellos que hayan cometido fallos gordos, y empezar a buscarte nuevo centro de gravedad, preferentemente estable. Y no hay que dejar nunca de invertir en la familia y amigos. Si eso te falla, la verdad es que lo pasas mal. Así que antes de afrontar nada, a por esto. Si eres de naturaleza solitaria, pues... Bueno, lo pasarás aún peor. Lo mejor es tener mascota con la que desahogarse, o simplemente ir a hacer ejercicio.
  • Segundo fallo, creerse una mierda. A ver, entre genio y un mierda hay muchos puntos intermedios. Seguro que estás en alguno de ellos. Ya, ya... Todo me sale mal, nadie me entiende, no se me escucha... ¡Je, je, je! Bueno, pues habrá que tomar las cosas como vienen, no queda otra. Armarse de paciencia, y seguir adelante. Si tu mismo tiras la toalla, ya me contarás por qué los demás van a tener que devolvértela y animarte para que sigas...¡Si no crees tu ni en ti mismo! Generalmente este fallo viene dado por el primero, porque con gente normal a tu alrededor te suelen decir si merece o no la pena lo que haces o si eres un engreído... Por eso insisto que el primer fallo es el peor.
  • Tercer fallo, el sentido de la vida. No sé qué hago aquí, no entiendo lo que me pasa, no importo a nadie... El sentido de la vida lo ignoro completamente, y qué hacemos aquí ya sea de forma individual o colectiva es otra de las cosas que se me escapa. Pero es que estamos aquí, y hay que hacer algo, o no sé a donde vamos, pero el camino de ida puede ser muy largo y muy desagradable. Vamos, parafraseando al vendido y a la reina de la película 300, "no va a ser corto, no te va a gustar, y no vas a ser ni rey ni reina". Hay que intentar las cosas, y los sentidos hay que fabricárselos a medida. Ya, es difícil, cuesta, duele etc. Bueno, ni sé qué hacemos ni prácticamente nada, pero hay una cosa obvia: si quieres importar a la gente, tendrás que preocuparte de la gente. Si quieres conocer el sentido de la vida, tendrás que buscarlo tú, porque cada vida es individual, y el sentido no es el mismo para Einstein que Hitler; para Menguele que para Alexander Flemming...
Dicho todo esto, ahora ya sólo me queda no olvidarlo, y no regodearme en mis propias miserias. Porque mi grado de masoquismo es bastante alto, y a eso hay que añadirle mi tendencia extrema a la soledad. Y a dar el callo.

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