viernes, 26 de agosto de 2011

Pon un blues en tu vida... (o lo que sea que te guste)

Siempre he sido pesimista, y eso es algo que sé que se puede cambiar. O más bien no, pero puedes aprender a desechar tus malas predicciones primeras y sustituirlas por otras más "alegres". Hace unos meses andaba dando tumbos, con la vida hecha unos zorros (léanse entradas anteriores, obviamente), y sin meta, sin nada de nada... No voy a decir que eso haya cambiado radicalmente (no lo ha hecho, sigo con más dudas existenciales que Hamlet en época de rebajas) pero tampoco me esperaba un cambio de humor y de todo tan radical.
¿Qué he hecho? Psché, simplemente pensar durante cinco minutos diarios lo que tengo que hacer por narices. Si, antes de irme a dormir. Je, ya lo sé, suena a receta barata de libro de autoayuda; de hecho, estoy segura de haber leído algo igualito en libros de autoayuda. Pero digamos que no le quita validez al tema: antes de irme al catre, en vez de darle vueltas a todos mis problemas y hacer de bicho agorero, me he dedicado a pensar lo que tengo que hacer al día siguiente. Oye, mano de santo. Me levanto mejor de lo que esperaba, aunque al principio andaba de mala leche por todo lo que detesto y me toca hacer. No se me van quedando cosas colgadas por ahí, cumplo objetivos y todo... Y hasta me las ingenio para estudiar idiomas, violín, leer y más cosas a lo largo del día.
Lo que sí diré es que como efecto secundario he visto que mucho de mi pesimismo se ha ido retrete abajo, como si alguien le hubiera dado a la cadena sin avisar. Y eso es lo que me sorprende. Porque no creo que nadie se sorprenda de una persona que dice dedicar sus últimos minutos del día a organizarse mentalmente para el siguiente, y que esa persona sea organizada. Elemental, mi querido Watson. Pero lo sorprendente es que eso te vuelva algo más optimista. Ya no me preocupan tanto las tonterías de las amigas que además van a ser un problema a la larga. Es gracioso, pero como tengo tantos problemas a corto plazo, las tonterías mentales del prójimo pasan a segundo plano, y sólo cuando ves venir realmente el follón, subes el nivel de alarma. Y mi nivel de alarma en algunos aspectos ha llegado al punto de "cuando detecte x comentario y/o en diciembre +/-, parada de pies a la chavala expeditiva".
Es decir, sé que se me avecina un problema con alguien. Y ese problema estallará (de estallar, claro. Hasta puedo tener suerte y que algún incauto cargue con esta pesada carga por mi) en diciembre a ojo de buen cubero como fecha aproximada, aunque puede que sea algo después o antes. Para cuando llegue, tengo ya mil respuestas preparadas. O sea, que el problema no existe ya, aunque estalle en su momento y tenga que ser desagradable. Ya sé que me tocará lidiar con ello, y no debo llevarme mal rato, porque es algo que la otra persona se lleva buscando con ganas todo este tiempo.
Así que, simplemente con una tontería gorda como pensar (eso sí, esforzándose en pensar en cosas determinadas, no divagaciones) ha conseguido que durante unos días me mejore el humor, y ahora pueda estar disfrutando de un delicioso jazz-blues, tecleando animadamente, y encima sin sentirme mal porque me quedan cosas por hacer. Bueno, me quedan muchas cosas por hacer, pero por una vez, y espero que sí sirva de precedente, sé que me queda tiempo para hacerlo y no voy ahogada con todo.
Así que, además de ponerme un blues, me voy a servir algo de beber, mientras medito brevemente qué quiero cenar... :-)

2 comentarios:

  1. Je je je... Me alegro mucho.

    Si quieres que te diga la verdad, he leído día a día tus anteriores entradas pero... no sabía qué decirte.

    Sé que no te enfadarás conmigo si te digo que eres tan coñazo como esas amigas tuyas de las que tanto te quejas.
    Y conste que lo de "coñazo" sólo es por mi parte una manera de hacerte ver que siempre vas lloriqueando, amiga mía. Párate a mirarlo.

    Pero ahora vas bien, muy bien, y me alegro mucho.

    ¡Un besote!

    ResponderEliminar
  2. :-) Si, sé que me convierto en un coñazo peor que ellas por andar quejándome todo el santo día... Lo que me sucede también es que o saco el estrés por algún lado, o agarro a estas señoras, las invito a tomar una copa, y les suelto un sermón de padre dios es cristo y muy señor mio no te menees, explicándoles que estoy de vagas y caraduras hasta más allá.
    Pero como ya me piro, no merece la pena.
    Eso si, el pensar en lo que me toca, mano de santo. Chica, me hacía falta un cambio de aires, empezar de cero, y cambiar de expectativas. Porque plasta he sido un rato largo, te doy la razón. Pero ostras colega, menudos últimos tres años de mierda me han tocado. Y menos mal que al final he dado de chiripa con la solución, que si no, acabaría peor. Párate a mirarlo no, ya está miradísimo, y en... 6 días me voy a ver dónde voy a vivir el año que viene, para mudarme definitivamente en 15 días. :-) Patada a todo lo que no me gusta, y a empezar de cero. :-)

    ResponderEliminar