domingo, 25 de diciembre de 2011

Festividades

Bueno, 25 de diciembre. Ya en casa, con la calma que da saber que todo el mundo está bien, tener tabaco y el estómago lleno y todas esas pequeñas cosas que hacen que al menos dejemos de hacernos preguntas absurdas.
O eso dice la teoría. La verdad, sigo llena de preguntas existenciales, y no tan existenciales. Anoche me llevé batacazo con mis amigos, no entendía nada de lo que pasaba. Era una charla de besugos, en la que yo decía unas cosas y ellos me contestaban otras. Por no hablar de alguna cosa que incluso me pareció fuera de lugar. Sigo con la sombra de Vick, el abogado. Ya sé que no me llamará, pero una no deja de pensar en qué es lo que hace mal para que la gente no la coja el teléfono. Y ves diferentes cosas que han cambiado, y que no entiendes del todo.
Me decía un amigo por teléfono que es agotamiento. Que en circunstancias normales no me comería tanto la cabeza con todo esto. Y me hacía gracia... Es justo lo contrario que pasó con el abogado, que me dijeron las amigas que en circunstancias normales le hubiera mandado a paseo a la segunda hora el primer día. Yo sigo pensando que todo esto es un cambio de mente, personalidad, o lo que se quiera. No lo tengo claro, pero es lo que me resulta más asumible...  Lo que no sé es exactamente en qué es el cambio, o como me afectará. De entrada, anoche mientras estaba con amigos y conocidos me dí cuenta de que uno que siempre había considerado inteligente es tonto perdido, pero un maestro consumado del disimulo. Otro está ya totalmente echado a perder, y el tercero que consideraba tontito, es el único que podrá hacer algo. En cuanto a las amigas, me reafirmo en que sólo una merece la pena, y el resto poco a poco irán degenerando hasta acabar en el estereotipo de solteronas chifladas con gatos, aunque se casen y sean poseedoras de perros. Da igual, hay cosas que uno ve venir. Ojo, no me gusta colgar etiquetas a las personas, más que nada porque detesto que me las cuelguen a mi. Y ojalá meta la pata y lo que creo haber visto se convierta en un espejismo producido por el cansancio, como me decía mi amigo por teléfono. Pero hay cosas que no dejan lugar a dudas. Hay determinadas formas de actuar que definen a la persona que tienes enfrente, sin atenuantes posibles. Así, cuando te lanzan la pregunta-desafío que dice, ¿Pero tú, qué clase de persona crees que soy?, hay respuestas que pueden ser demoledoras. Ejemplos:
- Al abogado:
Creo que eres la clase de persona que queda con una chica y no para hasta que te la llevas al catre. Y luego no llamas ni siquiera para decirla que fue muy bonito mientras duró, pero que buscas otra cosa.
- A un amigo:
Creo que eres la clase de persona que siempre habla de su mamaíta con veneración, pero luego el 24 de diciembre sale de casa a las 12 del mediodía, a las 18:00 está bebiendo champán a morro de la botella que hemos cogido para el grupo de amigos, y no regresará a casa hasta bien entrada la noche, borracho como una cuba, para la cena con mamaíta.
- A otro amigo:
Creo que eres la clase de persona que siempre tiene las ideas claras y la lengua rápida para sacar faltas al prójimo y catalogarme de vaga porque no tengo trabajo, pero cuando tu te vas al paro te dedicas a dar la lata con tus problemas personales, porque tu paro es muy diferente al mío... en tu cabeza, por supuesto.
- A una amiga:
Creo que eres la clase de persona que pide comprensión, respeto, cariño y tiempo, y luego a los demás los obligas a quedar el 24 de diciembre a las seis de la tarde, aunque hayan llegado a las cuatro a su casa y quieran estar con la familia después de varios meses fuera estudiando.
- A otra amiga:
Creo que eres la clase de persona que justifica todo lo que hace por una enfermedad mental, pero que luego simplemente no tolera que los demás podamos equivocarnos ni un milímetro y pasemos a ser llamados automáticamente insensibles porque no te hemos dicho que el pintalabios nuevo te sienta muy bien.
Podría seguir. Pero ya he soltado algo de bilis acumulada. Lo que sí he descubierto es que no soy vengativa (antes sí lo era) y francamente, una vez pasado el susto, me da igual lo que hagan. Yo dejé caer ayer algunas sugerencias, que fueron automáticamente rechazadas. Bueno, ya he cumplido, y como amiga no puedo hacer nada más que aconsejar y aguantar hasta un límite razonable las quejas. Lo que no me gustó nada, y eso no tengo por qué soportarlo es que me dijeran que ya soy "extranjera" de mi propia tierra. Puede que sí, pero no por estar haciendo un máster, sino porque me gusta tanto viajar que llevo unos años que apenas piso tierra.
Tampoco me gustó que me insistieran con los garitos de fiesta que he visitado y que dudaran de que sólo hubiera salido un par de días. Y cuando especifiqué que he ido a estudiar, dijeran que eso dice todo el mundo. Bueno, si tu eres tan listo, me alegro por ti. A mi redactar trabajos me supone invertir muchas horas de lectura y escritura. Y si digo que he salido un par de veces, es que he salido un par de veces. No hay que discutirme. Si miento, ya me pillarás y me lo echarás en cara.
Y ya la última cosa que me puso frenética fue que me dijeran que estaba callada y no contaba nada. Me he levantado a las siete de la mañana para dejar mi cuarto recogido, he salido a las 10:30 porque mi amigo ha llegado tarde, que me ha llamado a las 09:30 para avisarme que tenía un problema. He llegado a mi casa a las 16:00 y he estado con la familia dos horas antes de venir aquí. Me habéis puesto una copa de champán en la mano y todo lo que yo he empezado a decir ha sido sistemáticamente puesto en duda. ¿Te cuento mis conclusiones sobre mi tesis hasta la fecha, para que empieces a adelantarme lo que puede decir el tribunal cuando me toque exponerla y defenderla, o mejor me callo y os dejo que habléis de lo que os dé la gana y os escucho con cortesía antes de largarme viento en popa a toda vela? Porque de fiestas no tengo nada que contar, de borracheras tampoco, de hombres menos (sólo el abogado y no me apetece, ya les comenté por teléfono todo)... Por reducción, puedo hablar del máster. Pero considero que el 24 de diciembre no es el momento.
Bueno, pues eso fue todo. Que triste, pero es lo que tengo en estos momentos frente a mi. Lo bueno es que la distancia hace que estas cosas duelan menos. Lo malo es que cada día que pasa me siento más sola. No sé si soy una snob, elitista o simplemente más rara que un perro verde. Pero es una faena de las gordas.

3 comentarios:

  1. Pues sí que te rodeas de gente rara...
    Yo te veo la mar de normal y además, muy inteligente.
    Por lo que cuentas, ellos no lo son mucho, así que va a ser eso, incompatibilidad extrema.

    Que cuestionen todo lo que digas es lo que más me repatea, te están llamando mentirosa con toda su cara dura. Va a ser que ellos son mentirosos compulsivos. Obvio.

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  2. Pues si, Leona. Pero a veces pasan estas cosas. La verdad es que más que mentirosa, lo que hacen es dudar constantemente de mi y de mis capacidades. La pregunta del millón es: si todo lo que yo digo siempre es equivocado, ¿para qué me preguntas?
    Pero bueno, parece que han dado marcha atrás, e incluso han seguido a medias algo que yo dije. Claro que al seguirlo a medias, la cosa ha ido a peor. Pero bueno, en este caso tengo la solución.
    De todas formas, fue un día raro. Luego han ido llamándome de uno en uno y disculpándose... Creo que últimamente paso demasiado tiempo fuera, y eso enrarece mucho las cosas. Vamos, que no sólo es culpa de ellos, que como viajo más que la Duquesa de Alba... (:-) Todavía me río de esa frase tuya) al final tampoco ellos saben muy bien a quien tienen delante; si a la Rackham venida de EE.UU., la de las regatas y deportes acuáticos, la violinista histérica, la historiadora que hace un máster en Madrid, la profesora de violín...
    Pero aparte de estas cuestiones, si, algunos andan bastante limitados. Ya lo he visto, porque hubo personas que no anduvieron dudando. Rackham es Rackham, y las cuestiones personales y laborales harán que esté más seria o más animada, más o menos receptiva. Pero sigue siendo la misma persona. Al final te quedas con los que saben quien tienen delante, y con alguno que se ha disculpado y ha dado razones de peso.
    Además, tal y como anda el patio, tampoco creo que haya mucho más donde elegir. Serán raritos, pero me he topado con cada asno que prefiero aguantarles las estupideces a estos, que los rebuznos a otros. Y por lo menos no veo puñales volando por el aire. Chica, ríete, pero en la uni he visto unos cuantos, y los he podido esquivar. Ahora al largarme y hacer este parón, ya he hecho mis anotaciones mentales de puñaladas y demás. Y joder con las envidias...

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  3. Pero bueno, si dudan constantemente de ti y de tus capacidades, a pesar de lo que les repites imperturbable las explicaciones, es evidente que consideran que mientes.

    Son tus amigos, no les conozco de nada, pero la verdad, ni ganas :(

    Buuueeeenooo... ya veo que siguen siendo amigos, je je je... Pues vale, ¡qué guapos son! ;D

    ¡Juas juas!, lo de la Duquesa de Alba, espera, que todavía tiene para meses el asunto, creo que más de un año, ¡uf!

    Conclusión: es un alivio constatar que se tiene amigos aunque sean pelín tontos ;D

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