miércoles, 7 de diciembre de 2011

Tempus fugit...

Acabo de llegar a mi habitación. He salido hoy a las 09:30, y no he aterrizado hasta las 20:00. Bueno, a la hora de comer he hecho un paseo breve y una siesta de diez minutos, y al mediodía me han traído porque me había olvidado en pen drive. Supongo que ninguna de las dos visitas cuenta. Han sido breves y enfermizas. Una por dejadez personal, la otra simplemente porque me pillaba cerca, lo mismo podía haberme quedado dormida el los wáteres o cualquier sitio, total, diez minutos es suficiente para que la cabeza repose físicamente apoyada en alguna estructura, no dan para dormir.
Y finalmente he conseguido llegar a mi cuarto. Tengo varias lecturas acumuladas que iré despachando cuando deje de teclear. Vía expeditiva, no hay tiempo. Además de lecturas, tengo un montón de fotos que organizar, papeles, y trabajos para terminar. Ponerles en punto final, el lunes imprimirlos y entregarlos. Para poder empezar con los nuevos. Mientras tecleo, fumo. Es el único de mis vicios que puedo mantener. Podría irme a tomar una copa, pero supone pérdida de tiempo y concentración, así que queda descartado. Podría irme de juerga, pero supone todavía mucho más daño. Realmente, puedo hacer lo que me de la gana, pero parece que voy a optar por sustituir viejos vicios por nuevos. Vicios de leer hasta tarde, tomar notas etc. Ya saben, vida de estudiante y esas cosas. Acojona sólo de pensarlo en frío. Con lo que me gusta a mi salir de juerga y ser una bon vivant, parece que doy el primer paso para dejar esas costumbres. No es un paso que se dé fácilmente, y casi podría decirse que las circunstancias que yo misma he creado fuerzan a ello. Sorprendente, cómo alguien se puede traicionar a si mismo...
La impresión que tengo en estos momentos es de que yo misma me he jugado una mala pasada. Me he zancadilleado miserablemente, y veremos qué pasa, si gano yo o yo, porque esto queda siempre entre mi persona. Hace unas horas estaba agobiada, ahora simplemente ando perpleja. O las cosas han llegado a un punto en el que me han desbordado de tal forma que no sé encajarlas, o no me conozco a mi misma porque estoy cambiando. Y desde luego cambios ya ha habido. Siempre he sido una persona que tarda en hacer las cosas, sobre todo en contestar a los mails. Ahora en el día, sorpresa. Siempre he sido una persona aficionada al cine de impresión, ahora hay cosas que tienen prioridad. Siempre he sido... ¿pero qué soy?
El tiempo vuela, no sé en qué acabarán todas estas dudas existenciales, aunque a la larga lo averiguaré, claro. Pero la pregunta que realmente subyace detrás de todo esto es bastante más asombrosa. Cuando vine a hacer el máster, creía que venía para ampliar conocimientos, pensando en un futuro trabajo. Además de poner tierra por medio con algunas cosas que realmente me estaban matando. Ahora dudo... ¿estaba haciendo eso, o simplemente huyendo de mi misma? El tiempo lo dirá, y a la velocidad que se me está pasando, sabré la respuesta en breve.

No hay comentarios:

Publicar un comentario