martes, 26 de abril de 2011

DORSUM NOCET, LUMBUS NECAT

Qué cosas más bonitas escribo, ¿no? Más o menos he dicho en latín "la espalda me está jodiendo, y las lumbares matándome". Y no se engañes, que no digo que la espalda me duele... La traducción es bastante más próxima a lo primero que he dicho.

Así que ando con mis planes retrasados, y tampoco ayuda mi vagancia, que hace acto de presencia. Pero bueno, tampoco ha sido algo escandalosamente malo. El cuarto ha quedado transitable. Y mañana me meteré con mierdas diseminadas, y demás maravillas sueltas.

Pero no todo es malgastar miserablemente el tiempo. Entre dolores lumbares, agobios tabaquiles (nadie sabe lo mucho que me apetece fumar), ansiedad oral (tampoco nadie sabe lo que me he zampado estos días) y demás miserias que voy pasando, hay algo curioso: me ha dado por repasar algo de cine. Y francamente, me he sorprendido de algunas críticas... Andamos muy mal de raciocinio en general, y de ideas en particular. Y no estoy hablando de Torrente, que no me va para nada. No, hablo de pelis con un una crítica en lineas generales aceptable o muy buena, que no resisten ni el más mínimo proceso intelectual. Yo he estado disfrutando con Amando de Ossorio, que tampoco es que tenga a Mozart como compositor (aunque trabajó en este caso con Antón García Abril, que es muy bueno), Shakespeare y Cervantes conjuntamente elaborando el guión etc. Más bien es cutrepobre en lineas generales, con algún destello genial suelto. Concretamente he repasado la tetralogía de los zombis templarios. El que la haya visto, ya sabe lo que hay. Para los que no la han visto, decir que debido al bajo presupuesto, las películas eran malas. Pero que realmente las ideas eran buenas, y han sido muy apreciadas. Bien, viendo estas cutreces locales, he recordado pelis que la crítica ha puesto como fabulosas, y que yo, modestamente desde mi butaca en el cine/casa he visto con verdadero asombro por el bodrio infumable que me estaban presentando, eso si, generalmente envuelto en una factura técnica impecable.

- Bueno, pues ya que te ha dado por el cine, hale, desahógate. ¿Cuales eran las películas?
- La pregunta correcta no es cuales son las películas, sino a dónde quieres ir a parar con todo esto... Y a donde quiero ir a parar es al lamentable estado de la capacidad crítica de las personas en general. Luego no entendemos como somos tan ingenuos que nos la meten con queso a las primeras de cambios... Chupado, nuestra capacidad crítica y analítica están tan bajo mínimos, que con una mera presentación aceptable, nos creemos cualquier chorrada. ¿Qué no? Vamos allá: Furia de titanes, del 2010. Me salto las incorrecciones con la mitología, historia etc, que la anterior también las tenía. ¿Pero de verdad alguien se cree que el dios supremo se deje mangonear a las barbas por su hermano, y espere que un hijo que reniega de él le saque las castañas del fuego? ¿Alguien se cree que el dios supremo creador de la raza humana va a dejar que le tomen por el pito de un sereno, y le va a encargar a su hermano cabronazo que les meta en cintura?
¿Otra? Otra: Alien, la 1ª. ¿Pero hay algún subnormal que se crea que en una nave se va a tolerar a un capitán tan calzonazos sin que alguien en la tripulación se oponga/amotine, y le meta un tiro en la sesera al cabrón del robot ya puestos? Y si estaba programado, ¿alguien cree que en esa época van a permitir que se les cuele en una tripulación de borregos un personaje como Ripley, que se carga el plan de borregos infectados en cinco minutos? Vamos, hombre, que los psiquiatras habrán mejorado un poco...

A ver, ambas películas tienen un punto en común: por muy ciencia-ficcion/acción que queramos venderlas, hay aspectos que no pueden colar, porque son un continuo que articula la película. Veamos: yo me puedo creer que James Bond y a la chica los lancen desde un submarino como si fueran un torpedo, y que salgan a flote, sin problemas de descompresión, sin despeinarse y hasta sin mojarse. Porque es una escena, sin más. Nadie es idiota, y todo el mundo se da cuenta de que es un disparate, pero como ya es el final, y va en el arquetipo ya consolidado de James Bond, se puede hacer la vista gorda. Lo que no me creo es que haya una constante, como un calzonazos de capitán de una nave y nadie mueva un dedo. O que un dios todopoderoso se vuelva chorra de golpe y porrazo. O mejor dicho, sí me lo puedo creer, viendo a los políticos que nos infectan, a los banqueros, y demás cargos de responsabilidad, plagaditos de anormales, tarados, baldragas, calzonazos, mascarones de proa, subnormales, estómagos agradecidos... Lo que no termino de entender es que la gente lo vea con gusto, se lo crea, y encima digan que ha sido cojonudo. Pero lo que peor llevo es que nos dé por imitar esa ficción, y como se suele decir, superar esa ficción.
Estamos lobotomizados, y encima sonreímos felices. ¡Para alucinar por la patilla...!

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