sábado, 30 de abril de 2011

Reconciliarse con uno mismo

Ayer salí a dar un buen paseo, además de irme a clases diferentes, rompiendo así el enclaustramiento que había llevado. Y francamente, me llevé buenas sorpresas. No me topé con ningún anormal en el camino. Bueno, siempre hay alguno, pero en lineas generales, todas las personas fueron inteligentes. Ojo, no quiere decir que piensen como yo; quiere decir que tienen neuronas, y aún teniendo opiniones divergentes, se puede charlar con ellos de todo.
Eso hace que, aunque sepas que por diferentes circunstancias esas personas no van a ser tus amigos (son profes, te sacan 20 años...) con los que salir, al menos tampoco te sientas tan solo en el mundo. Además, al tener algunos sitios en común donde ir, siempre podrás mantener el contacto.
Fue a la noche cuando charlando con una persona muy agradable y con ideas claras, entró un impresentable que alteró a mi interlocutor. El hombre andaba a medias enfadado, a medias no sabiendo cómo disculparse. Me hizo gracia, es una sensación muy clara, y bastante reciente en mi vida. Le dije que no se preocupase, que entendía la situación a la perfección.
- No creo, no le conoces. Fíjate tu que...
- Sólo tienes que contestarme con sí o no. Y te digo que lo que me contestes va a ser no, estoy segura. ¿Tiene trabajo? ¿Está pasando apuros económicos? ¿Tiene una agenda a rebosar de ocupaciones voluntarias?
- NO.- La mirada era asombrada.
- Mira, conozco a estos personajes, rentistas caraduras que no han hecho nada en su vida, salvo robar primero a sus padres, luego a sus amigos, y al final lamentarse de su mala suerte. No tiene solución. Déjale, apártate de él, y simplemente piensa que hay más personas en el mundo, y no todas son así.

La persona sonreía, supongo que porque no se esperaba ese juicio tan rápido. Yo tampoco. Pensaba hasta aquel momento que mi problema era único, y no creía que otros lo tuvieran. Por eso ayer me reconcilié conmigo misma; no soy un bicho raro, y no soy especimen único. Simplemente tengo un imán de tontos y mierdas, que he de desactivar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario